Te encomiendo, Quinciano, mis libritos. Si es que puedo llamar míos los que recita un poeta amigo tuyo. Si ellos se quejan de su dolorosa esclavitud, acude en su ayuda por entero. Y cuando aquél se proclame su dueño, di que son míos y que han sido liberados. Si lo dices bien alto tres o cuatro veces, harás que se avergüence el plagiario.
Marcial, Epigrama
LII
Muchos
estudiantes se sienten presionados para completar sus trabajos bien y
rápidamente. Dada la accesibilidad de las nuevas tecnologías
(Internet en
particular) pueden plagiar copiando y transcribiendo información de
otras fuentes. Los profesores detectan fácilmente esta modalidad de
plagio, por varias razones:
- Con gran frecuencia las elecciones de las fuentes son poco originales. Los profesores pueden recibir el mismo pasaje copiado de una fuente popular por varios estudiantes.
- A menudo es fácil determinar si un estudiante usó su propia «voz».
- Los estudiantes pueden escoger fuentes inapropiadas, inexactas o fuera del tema.
- Los profesores pueden insistir en que, previamente a su revisión, los trabajos sean sometidos a un detector de plagio en línea.
[...]
Para
los profesores y los investigadores, el plagio se castiga con
sanciones que comprenden desde suspensión hasta cese, y la
consecuente pérdida
de credibilidad e integridad.
Comúnmente,
comités disciplinarios internos –a los que estudiantes y
profesores han acordado estar enmarcados– atienden las acusaciones
de plagio contra estudiantes y profesores.
[...]
La
mayoría de las veces los casos se producen con impunidad total, con
el consiguiente detrimento
de la tarea universitaria de producción de conocimiento y
la lesión de los derechos de autoría y desmotivación de las
personas que sufren el plagio. Recientemente han surgido
algunas Plataformas
de Lucha Contra el Plagio para
consensuar acerca de este problema.
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